sábado, 25 de abril de 2009

des-amor

Tengo un compañero en la facultad a quien vamos a apodar: "el tatuado".
El tatuado es lindo, tiene cara de ser altamente antipático, tiene una cresta bien (no de esas ridículas y desagradables) y obviamente tiene tatuajes.
Desde el primer día de clases que lo "fiche" me di cuenta que si bien tiene cara de antipático en realidad no lo es. Entonces me dije a mi misma "seguro nos vamos a llevar bien".
Después de unas semanas de clases me di cuenta de algo...El tatuado no me quiere.
Somos pocos en el aula y él habla con todos, él se ríe de todo, pero, no habla conmigo y no se ríe conmigo.
Por alguna razón que todavía no logro entender, me odia, o sea, no le caigo bien.
Si nos hubiéramos conocido hace tres años atrás, lo entendería. Hace tres años no era simpática, no tenia cara de contenta y hasta trataba de no hablar mucho con mis compañeros, pero hoy por hoy soy muy simpática, ultra agradable y me encanta charlar con mis pares...¿cómo no le voy a caer bien?
Digo, todavía no logro empezar la conversación, pero si vos me das un tema yo te hablo y te hablo pero no te harto, aunque a veces mi amigo Gustavo dice que si.
En fin, del mes y medio que llevamos de clases habremos cruzado palabra tres veces, una vez cuando criticamos al sarmiento y su horrible servicio, otra cuando los dos estuvimos de acuerdo con que en el parque rivadavia podíamos encontrar revistas de los años 70 y 80 y la ultima vez cuando (por compromiso) me convido una galletita y yo le dije "no gracias" con una sonrisa.
El punto es que si yo fuera el tatuado a la primer persona que hubiera elegido para aliarme hubiera sido a mi.
A parte si me paro al lado, nos vemos lindos, pero el tonto todavía no se da cuenta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario